domingo, 1 de diciembre de 2013

El rito mozárabe y el romano sometidos a "Juicio de Dios"


Beato de San Miguel de Escalada (siglo X)

El rito hispano, cuyos orígenes se remontan a la segunda mitad del siglo IV, adquirió su configuración definitiva en el Concilio IV de Toledo, celebrado en el año 633 bajo la presidencia de Isidoro de Sevilla. Entre sus cánones destaca de forma especial el segundo, en el que se lee (traducción del latín):
Antes de la celebración de este Concilio sa habían producido otros intentos de unificación litúrgica a nivel local, no obstante el primer acuerdo que obtuvo el consenso unánime fue el alcanzado en Toledo en el año 633, propiciado por la conversión al catolicismo de Recaredo I, rey de los visigodos, en el año 589.
Con ello se puso fin al enfrentamiento existente entre la población hispano-romana, que era católica, y una parte de la visigoda, que profesaba el arrianismo, lo cual había constituido hasta entonces un considerable obstáculo para la eficaz gobernabilidad del territorio hispano.
El Antifonario de León atribuye a Rogatus de Baeza cierto canto, y otros a San Isidoro, San Ildefonso y San Julián de Toledo.
La labor creadora asignada a estos y otros personajes venerables no quita que el viejo rito hispano diese cabida en su seno a piezas procedentes de ritos ajenos, en especial del franco-romano, debido a las fluidas relaciones entre la Galia y el reino visigodo anteriores a la invasión musulmana de la Península Ibérica.
Rebelados contra los musulmanes invasores, los astures iniciaron de inmediato un lento proceso de recuperación del territorio hispano, cuyo punto de partida fue la batalla real o simbólica de Covadonga (718?).
Su primer logro importante fue el traslado de la capital de Oviedo a León durante el reinado de Alfonso III (866-910), en cuya corte surgió la idea de una restauración de la Hispania cristiana, impulsada por los emigrantes mozárabes.
Con este nombre eran conocidos los cristianos que residían en territorio musulmán, entre los que pervivió la conciencia de lo que otrora fuera el reino visigodo gracias a haber conservado muchos de sus signos de identidad, entre ellos la práctica de su antiguo rito litúrgico.


La reimplantación del rito visigótico-isidoriano
Este rito, de rancio sabor hispánico abolido en el Concilio de Burgos del año 1080 en tiempos de Alfonso VI en beneficio del rito romano, se conservó en el corazón de los leoneses como algo consustancial con su vida y costumbres. 
Se ha resucitado de la mano del que fue abad de San Isidoro, don Antonio Viñayo, en el año 1966, secundado por el Cabildo Isidoriano; solicitado al obispo Sr. Almarcha la restauración de este rito hispánico, vulgarmente llamado mozárabe.
Ocurrió aprovechando una conmemoración berciana de exaltación del aniversario de San Fructuoso; cuando con la llegada del cardenal Larraona a León, Prefecto de la Sagrada Congregación de Ritos, quien lo concedió ya verbalmente para celebrar en la basílica de San Isidoro; .aunque haya sido ratificado por escrito del 9 de diciembre de 1966, por la Sacra Ritum Congregattio.
Lo concedió para que pueda celebrarse en la basílica-colegiata-de San Isidoro en las principales festividades litúrgicas del año; particularmente en aquellas que tengan más relación con dicho rito, en las especiales y propias de la basílica y en las solemnidades culturales y civiles.
Hemos visto al abad isidoriano celebrar este rito con motivo de semanas de estudios teológicos, de festividades tradicionales como las Cabezadas al estrenar Corregimiento Municipal, y empleando para la consagración el cáliz románico de Doña Urraca, el santo Grial Legionense, que también tiene su leyenda si sería el Grial en que Cristo instituyó la última Cena.


El rito mozárabe y el romano sometidos a "Juicio de Dios"
San Miguel de Escalada, mejor ejemplo del mozárabe leonés


El papa Gregorio VII envió a León al cardenal Ricardo para que por súplica del mismo rey Alfonso VI, mudar el rito gótico o mozárabe por el romano.
Vino con él el monje Bernardo, que luego fue abad del monasterio de Sahagún, la todopoderosa abadía sahagunina, y más tarde arzobispo de Toledo.
El rito mozárabe y el romano fueron sometidos a "Juicio de Dios", porque hubo mucha oposición del pueblo. Salieron a luchar dos campeones, uno en defensa del rito nacional y otro por el romano.
Lucharon cerca del río Pisuerga, se cree que en Aguilar de Campóo; y venció el defensor del rito nacional, año de 1077. Así lo consigna el Cronicón Burguense, que dice se celebró el combate en Domingo de Ramos; un caballero toledano por el rito nacional y otro caballero castellano por el rito romano.
Luego se hizo la prueba del fuego, en el monasterio de Sahagún. Y se lanzaron a las llamas dos breviarios, el mozárabe y el romano. Hubo el mismo éxito; pues salió del fuego y no se quemó el breviario mozárabe.Sin embargo el rey Alfonso VI le dio una patada y lo volvió al fuego. Y, a pesar de tales resultados, se impuso el rito romano.

Desde entonces se generalizó en León el dicho popular de "ALLA VAN LEYES DO QUIEREN REYES"

Enlace: Canto mozárabe Pater Noster