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Bodegas de Cembranos con las montañas de Babia y Luna al fondo |
Viaje de un portugués por tierras del antiguo reino de León.
Con afecto y tibieza, y con un equipaje literario verdaderamente deslumbrante echado al hombro, va relatando Joaquim M. Palma (Vila Viçosa, 1952) sus pasos por los caminos ‘del reino materno’, de ese estado medieval del que un día surgirían Castilla y Portugal, ese lugar a medio camino entre la tierra y la fábula llamado León.
Para nosotros esas montañas azules del norte, casi al alcance de la mano en los días más diáfanos, de donde llega el viento y el frío en el invierno, parecen imprescindibles en el paisaje, son el referente constante en nuestra forma de mirar esta tierra.
Esto es lo que al autor portugués escribió ...
Cembranos
Yo veo las llanuras dilatadas, inmensas, con una lejanía de cielo
radiante y una línea azul, tenuemente azul, de una cordillera de
montañas ...
Azorín. Castilla, 1912
Al norte, hasta donde alcanza la mirada, se extiende la cordillera Cantábrica. Una visión súbita y asombrosa que testimonia un universo en este lado, pero que hace sospechar otro en la vertiente opuesta.
Fue, en los valles escondidos de aquellas altas montañas, pertenecientes ya a la inexpugnable Asturias, donde germinó la semilla del reino de León (el maternal Regnum Legionense), cuando aún quedaba lejos el año mil. Cada uno de nosotros tiene una raíz clavada en alguna parte de esa inmensa sustancia.