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Teresa, reina de León, junto a sus hermanas Sancha y Mafalda |
No son muchos los que saben que Teresa, la mujer del último rey de León, Alfonso IX está enterrada en un arca de plata, con las armas de León grabadas, en el monasterio portugués de Lorvao, lugar donde murió. Pero al menos el hecho se lleva difundiendo en no poca medida desde que las instituciones de aquel área municipal cercana a la ciudad de Coimbra se propusieron celebrar por todo lo alto el traslado de sus restos mortales a la citada arca, una obra señera de orfebrería.
Y así, diseñaron un amplio programa de actos que dio comienzo este pasado sábado y que incluye conferencias, presentaciones de libros, conciertos polifónicos, un encuentro de masas corales, celebración de misas y vigilias de oración con la presencia del obispo de Coimbra, y hasta la apertura y cierre de las tumbas, todo en homenaje a las que en el país vecino son conocidas como as santas rainhas, las santas reinas, Teresa y sus hermanas Sancha y Mafalda. Y es que, a pesar de haber sido reconocidas sólo como beatas por parte del Vaticano, en Portugal son veneradas popularmente como santas verdaderas.
El médico e historiador António Fonseca ha sido el impulsor de una iniciativa que ya desde sus inicios ha querido ser de amplio calado, y por eso la convocatoria e invitaciones de la celebración han llegado a gran cantidad de ciudadanos de ambos países, y muchos de ellos, leoneses. Por ejemplo, a la Diputación y al Ayuntamiento de la capital, aunque a día de hoy ningún representante provincial acudirá a los actos y ni siquiera respondieron a las mismas, como comenta António Fonseca.
Teresa fue enterrada en Lorvao, donde fundara el importante monasterio en el que hoy reposa; «Teresa no precisa de milagros para ser considerada santa —narraba el doctor Fonseca a este periódico—; basta su vida ejemplar en favor de los necesitados, de la paz y de la concordia», añadiendo que su fiesta se celebra el 17 de junio y que su cuerpo —que según la tradición se encuentra incorrupto— «se mostrará al público los próximos días 18 y 19 de octubre tras abrirse la famosa arca de plata que lo contiene».
En cuanto a la significación histórica de la reina, el profesor Ricardo Chao recuerda que Teresa, hija de Sancho I de Portugal, casó en 1191 con Alfonso IX de León, su primo, por lo que la unión fue condenada y anulada por el papa en 1196. «Desde entonces, Teresa se hizo monja e ingresó en el monasterio de Lorvao, ganándose fama de mujer santa. Eso sí, antes le dio tres hijos a Alfonso IX: Sancha, Dulce y Fernando. Éste estaba llamado a heredar el reino de León, y así figura en los documentos... Habría sido muy posible que los reinos de León y de Portugal se hubieran unido en su persona, con lo que la historia de la Península habría cambiado para siempre». En cambio, ese Fernando murió en 1214, «frustrando los planes del padre».
Alfonso IX casó después con Berenguela de Castilla, con quien tuvo otro infante llamado Fernando. Pero, tras anularse también ese enlace, Berenguela se llevó al hijo a su tierra, logró hacerlo rey de Castilla y, cuando Alfonso IX muere y deja su reino —cosa sorprendente— a Sancha y Dulce, las hijas que tuvo con Teresa, Berenguela les negocia una pensión vitalicia a cambio de sus derechos leoneses y hace que su hijo, Fernando III, uniese ambas coronas.
Un final digno de novela... pero que es historia.
Entrada al monasterio con los escudos de León y Portugal |
E. Gancedo -Diario de León - 12/10/2015